Fernando Musante
--------------------------------------------------
Un trabajo que disfruté mucho.
Una gran armonía creativa en su concepción, desde el espacio , actuación y texto.
Me pareció una metáfora maravillosa sobre el poder anidando en lugares diferentes a las miradas convencionales y digestivas.
El goce desde la perversión del poder sobre el otro.
Con resonancias complejas, incluyendo al que mira en complicidad inteligente.
Lo que, modestamente, es buen teatro para mí.
Para todo esto se necesitó un equipo como el de ustedes: Ese texto, muy buenos actores y la dirección con claro concepto.
Bah, me gustó mucho, borren lo anterior si quieren!...
Besos.
¡Agreguen sillas!
Manuel Vicente
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Un extraordinario trabajo de todos. Una puesta ingeniosa y delicada de mi querida directora Milea, que logra combinar dos lenguajes, por un lado el humor almodorezco de los persoajes femeninos y por otro el relato épico del deslumbrante Joselo Bella. Todo mi cariño y admiración para ustedes. Abrazos, medallas y besos.
Roxana Berco
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
"El libro de Almohada" es un espectáculo atractivo. Sobre un ambiguo y metafórico texto de Pedro Sedlinsky, que muestra los pliegues y las contradicciones del poder, se erige una muy buena puesta en escena de Dora Milea, que en el acotado espacio disponible en el escenario del Teatro Ecléctico , y en colaboración con la escenografía de Alejandro Mateo, logra crear muchos lugares y mundos diversos diversos, con muy pocos elementos. Además, y sobre todo, la puesta contiene un terceto actoral de muy buen nivel conformado por Lelia María, Jose Bello y Stella Matute, en un excelente trabajo, como en general nos tiene acostumbrados.
Héctor Oliboni
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Si algo no provoca “Libro de almohada” es sueño; ni una cabeceadita siquiera.
A partir del gancho de entrada, estaremos involucrados, sobre todo involucradas, en un mundo que, a simple vista, tan pulcro, austero, ordenado, parece cómodo y simple, pero la potencia actoral nos va instalando en el incómodo, imperfecto, inhumano, espantoso mundo que conocemos: el nuestro.
No vale contar la historia, por supuesto: si justamente la están contando en el Espacio Ecléctico…; sin embargo, vale comentar que el tema es el Poder (ese, con mayúsculas). No una definición sino una práctica, un desafío. El poder en manos de un grupo que no lo tiene, mayoritariamente hablando, en la humanidad.
Un riesgo: el de reproducir lo conocido antes que atreverse a transformar creadoramente las prácticas.
La obra casi exige un debate al concluir. Primero, porque un saludo inicial tan afectuoso y de complicidad abre la promesa de una conversación. Segundo, porque sería confortable exponer y descubrir nuestras mejores aspiraciones sobre las prácticas de poder y salir convencidos de que hay otras: amorosas, altruistas y humanas.
Las actrices y el actor: estupendos, imprescindibles para lograr esta obra tan conmovedora. Gracias. Viva el teatro.
María Delia Matute
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Cuando fuí a ver El Libro de la Almohada, no sabía qué me iba a encontrar, a pesar de que la frase iniciática que refiere a “si el poder que proponemos es el mismo al que nos oponemos” da una pista de algo.
Solo una pista, porque lo que ofrece este espectáculo es mucho, y todo para analizar y pensar.
Las actuaciones son fabulosas, la puesta en escena tiene contundencia
y fuerza. Pasan muchas cosas todo el tiempo entre esos tres actores que
nos están marcando sin duda alguna, desde el inicio de la obra, que están
entregados a un poder, a una líder todopoderosa que los gobierna.
Una entrega que en Stella Matute se aprecia magistralmente, trasmitiendo en cada gesto que en ella es convicción profunda de los beneficios de pertenecer a ese orden impuesto.
Muestran como defienden su tarea a ultranza y cómo cada uno ve la realidad de manera diferente; cómo un mismo hecho tiene dos miradas y sentires tan distintos.
Nos hablan de algo que vemos casi cotidianamente: cuando se es la base de la militancia, hay una actitud y cuando se llega al poder parece que eso cambia.
Una obra para el debate profundo, realmente da para pensar a fondo sobre la construcción del poder.
Esta obra y sus tres actores en escena, con poca ornamentación, es un teatro puro
al ciento por ciento que sorprende por su intensidad.
Tatiana Souza Korolkov
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Extraño, contemporáneo, post moderno...
Un texto más que interesante de Pedro, y unos flores de actores para semejante puesta y dirección.
Hay que ver buen teatro y este es el momento.
Marina Vibart
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
La obra me parecio muy original. Con una dirección clara, actuaciones comprometidas, un humor irónico que sorprende y pasajes donde la poesía del autor es muy bella.
Julieta Diaz
- - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Así como la piel se divide en diversas capas, “el libro de almohada” propone al espectador un recorrido interno, con mirada a lo externo, o en el orden que quieran darle, pero sin dudas que muestra como aquellos libros de cuentos plegables, los dobleces, contradicciones y efectos que tiene el poder. Un muy buen texto, en donde prima poesía, imágenes y sensaciones que los actores logran transmitir de forma verdadera, sincera e impecable, sin fisura y acaparando la atención segundo a segundo.
Con una escenografía que logra transformar mágicamente ese espacio y al estilo de un puzzle, así como el vestuario y luces que dan un estilo propio, sutil y delicado a la puesta de Dora Milea quien propone una forma de relato y actuación en donde lo económico, potencia, intensifica, logrando que el espectador cuente con su propio tiempo, el tiempo interno, para mover, armar y cerrar las piezas de su propio rompecabezas.
La música que amalgama la imagen final hace erizar la piel, sin dudas mueve esas fibras íntimas logrando atravesar, como en la obra, cada una de las capas.
Sin dudas un excelente trabajo de todo el equipo!
Felicitaciones! Y éxitos !!!
Marcelo Martinez
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Querido Joselo: El viernes pasado me propuse darte una sorpresa apareciendo en el público, y nos fuimos al teatro con Caty; el echo era ver tu trabajo en la obra y quiero decirte que el sorprendido fui yo. Me gustó mucho la propuesta del libro; y la muy buena actuación de los tres, pues logran generar muy bien el clima necesario para integrar al espectador a lo que está ocurriendo en escena.
Escenografía, iluminación, musicalización, es austera, pero justa para mantener el plano de atención a lo que se está viendo en el escenario.
La voz en “off” un tanto precipitada en la lectura de introducción.
Finalmente quiero decirte que disfruté la obra y salí con la alegría de verte trabajando con una entrega propia de un artista de alma.
Felicitaciones Joselo!; también a todos tus compañeros.
Emilio Moreno